Bioalmacenamiento de datos

February 21, 2011
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La conservación de información ha sido un problema para la humanidad desde épocas remotas. Si se trata de preservar, el hombre ha buscado múltiples formas para que las cosas consideradas importantes, lleguen a nuestros descendientes. A lo largo de la historia, se han utilizado diferentes medios para preservar información, los cuales, por mencionar algunos, van desde las pinturas rupestres, los tallados en piedra, el papiro y el papel, hasta los medios “modernos” como las cintas magnéticas, discos compactos y discos duros.

El almacenamiento de datos se ha convertido en algo muy común. Todas nuestras computadoras cuentan con un gran disco duro en el que vamos almacenando una gran cantidad de información de diferentes tipos, como texto, música, videos, software, entre otros. En el caso de nuestras computadoras, los discos duros actuales nos ayudan a preservar nuestra información por muchos años. Pero, alguna vez nos hemos preguntado, ¿cuántos años? ¿Es el mejor tipo de almacenamiento? ¿Existen otros?

La tecnología de discos duros ha avanzado enormemente, pero dista mucho de ser perfecta, pues con el paso del tiempo viene también la degradación de la información, por lo que la probabilidad de tener datos corruptos aumenta. El tiempo medio de vida de un disco duro común es de unos 30 años, mientras que existen opciones de almacenamiento “empresariales” que prometen más de cien años de datos incorrompibles, pese a que no hay pruebas de laboratorio en que se haya puesto a prueba a estos sistemas por mas de un año.

La búsqueda de opciones de almacenamiento de datos fiables por más tiempo ha llevado a los científicos a explorar el almacenamiento en estructuras de la naturaleza que sean mas fáciles de conservar. Surgió hace unos años la idea del almacenamiento de datos usando el ADN. A grandes rasgos, el ADN es un ácido nucléico compuesto de una gran cantidad de nucléotidos, cada uno de los cuales se compone de desoxiribosa y una base nitrogenada, que es la que caracteriza a cada uno de estos nucléotidos. La idea de utilizar el ADN como almacenamiento viene de las características bases nitrogenadas, que son la Adenina, Timina, Citocina y Guanina, que vienen a formar un sistema numérico base 4 con el cual puede almacenarse la información digital.

Desde el año 2001 se ha estudiado el uso de bacterias para inyectar ADN con datos, los cuales se irán preservando al irse transmitiendo de generación en generación. Aunque la idea de meter información en bacterias puede sonar a ciencia ficción, el avance más significativo lo ha hecho un equipo de alumnos de la Universidad de Hong Kong, junto con sus respectivos asesores, que han logrado introducir datos en bacterias y no solamente eso, sino también han desarrollado un prototipo para encriptar esta información.

El sistema de almacenamiento de datos en bacterias tiene una capacidad de hasta 931,322 GB por gramo, comparado con los sistemas de almacenamiento tradicionales que van de 1-4 GB por gramo. Además de la reducción de espacio, se ha considerado también el uso en escenarios apocalípticos en los que se tenga que preservar información tras un ataque nuclear. Teóricamente, la bacteria Deinococcus radiodurans, puede sobrevivir a cualquier tipo de radiación nuclear. El prototipo de bioalmacenamiento de datos utiliza bacterias E. Colli, una bacteria que es muy conocida por ser la causa del 90% de las infecciones urinarias. Sin embargo, los científicos responsables de esta investigación aseguran que las bacterias que están siendo utilizadas son una variación que resulta inofensiva para los seres humanos.

El proyecto será presentado en el iGem que se celebrará en los próximos días. Promete ser una posibilidad a una nueva vía de almacenamiento de datos que disminuirá considerablemente el tamaño del medio de almacenamiento, al mismo tiempo que brinda mayor seguridad con su sistema de encripción y el tiempo de vida de los datos almacenados.

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